No hay caso. Estamos en Argentina, no hay dudas.
Luego de haber
leído repetidas veces el instructivo enviado por la embajada (ver "
Se hace así"), nos fuimos absolutamente preparados para la entrevista.
Teníamos turno el lunes a las 11.30. El domingo a la noche releímos el instructivo y corroboramos que nada faltara. Nos fuimos con lo
mínimo indispensable (no carteras, no celulares, nada que no
fuéramos a necesitar) y llegamos al lugar 1 hora antes.
La organización del lugar era envidiable. H
abía carteles donde
decía:
cita a las 10.30: forme fila aquí.
y unos metros más atrás, el mismo cartel con la leyenda:
cita a las 11: forme fila aquí.
Había empleados que respondían consultas en la puerta (
WUAUUU!!) y que iban controlando si tenías todos los papeles necesarios antes de presentarte en la ventanilla de entrada.
(nota: es notable lo útil que es tener un empleado en la puerta para responder las preguntas de los asistentes al lugar. Yo no sé por qué no se usa en las oficinas públicas y se le deja ese trabajo al primero que se encuentra cerca de la puerta de acceso, así sea el policía de la puerta, el guardia de seguridad o que que vende café, al que automáticamente uno recurre a preguntar cuando entra a cualquier oficina y/o centro de atención al cliente de cualquier cosa que fuere. ¿A nadie se le ocurrió poner un empleado que sepa sobre los trámites a realizar en ese lugar?)
Prosigo: Terminada esta etapa, y ya siendo la hora en que te
habían citado, te reciben los papeles en una ventanilla (aun estamos en la vereda) parecida a las que te venden entradas para el teatro o cine (vidrio, parlante por donde te hablan, y una rendija por donde pasar los papeles). En este punto, si tus papeles no son correctos, no te toman el trámite. Y no te dan paso a la embajada propiamente dicha.
… pero claro… somos argentinos! No hay regla que los argentinos podamos cumplir! ¡¿Cómo es posible, que
siendo taaaaan específicos con el papeleo, y que el instructivo, cada tres palabras te diga: “sin esto no
podrá dar comienzo al trámite”, haya gente que por la
rendija pase el pasaporte y los papeles con la foto sin pegar?!... o sea…… te dijeron que la foto tenía que ir pegada ACÁ y tiene un
cuadrito que dice “pegue su foto AQUÍ” y vos le pases el papel sin la foto pegada??...
AHHH, CLARO! Somos argentinos… esas cosas son
difíciles de hacer!.
Y además… si te dicen: no llevar nada metálico, ni
celulares, ni aparatos electrónicos, no bolsos, ni
bla bla bla… ¿Cómo se explica que haya personas con bolsos de mano del tamaño exagerado, celulares, mp3 y cuanta cosa se le ocurra? Lo
único que logran con ello es retardar el ingreso de todos (o algunos, por lo que he visto) que no
llevábamos en la mano más que los papeles que nos pidieron!... ah, si… los argentinos somos así!
Luego de pasar el detector de metales ingresas a suelo extranjero! Y en el interior una
recepcionista te entrega un número con el que serás atendido por una de las 8 ventanillas iguales a la de la entrada (vidrio, rendija y parlantes por donde te hablan) en donde un “empleado consular” te hará las preguntas que crea convenientes para saber si sos digno o no de entrar al
pais que representa.
Mientras
esperas sentado, un
TV de plasma te muestra fantásticas imágenes del maravilloso y espectacular lugar a donde
pensás ir, (cual parrilla y
restaurante que tiene el asador en la vidriera al que
mirás con la saliva chorreando………. Pero al que no sabes si vas a poder entrar!!) La gran pantalla hace un recorrido visual de los paisajes, el prometedor suelo y los rostros
multirraciales y sonrientes de sus habitantes y al que el señor que está detrás del vidrio con auriculares con micrófono incorporado te puede decir: “¿
querés ir?...
mmmmm, no, vos no!”
Llegado nuestro turno, el empleado consular nos tomó las huellas digitales, nos miró con una protocolar sonrisa, y empezó a preguntar… Martín, al escuchar la pregunta en castellano, comenzó a responder igual, pero …
nonó… “
in inglish,
plis”… es que como él ya
había estado allá,
podía darse el lujo de responder en ingles, claro.
Luego de
pelotearlo con miles de preguntas y pedir hasta el acta de nacimiento de San Martín, y mirar como dudando los papeles que le
habíamos presentado dijo: “
guan moment plis”, apagó el micrófono y se puso a conversar con el de la ventanilla de al lado……
…..
….
….
…
….
Finalmente, volvió a prenderlo y dijo: LAS
VISAUS ESTAUN APROVADOUS”
trac trac (
sellito) y “
zenquiu”.
Dos
días más tarde un correo privado nos trajo las visas selladas, por lo cual… HABEMUS VISAS! Y terminó nuestra primera experiencia con la burocracia extranjera.